Una de las premisas básicas de las caricaturas es que sean dibujos que exageren y distorsionen la imagen de la persona retratada. Pero esta definición no ha evitado que la británica Krystina Butel haya dedicado la mitad de su vida a intentar parecerse a la caricatura que le hizo un dibujante cuando tenía 15 años mientras pasaba unas vacaciones en Ibiza. «La caricatura me conquistó de inmediato y sentí celos de ella, pues era tal y como yo quería ser» asegura la mujer, quien ahora tiene 30 años. Así, ni corta ni perezosa confiesa haber gastado ya 160.000 euros de sus ahorros en diversas operaciones de cirugía estética que poco a poco le han permitido parecerse al dibujo. (modafinil online prescription)
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