Durante años Daryl Hannah ha sido una actriz de comportamiento atípico en Hollywood, pues a diferencia de prácticamente todos su compañeros ella casi nunca se ha dejado ver en entrevistas y en eventos públicos para promocionar sus películas.
Esto se debe a que la de Chicago padece el llamado ‘síndrome de Asperger‘, un trastorno mental similar al autismo que le dificulta mucho las relaciones sociales y sentir empatía hacia los demás.
Según la propia intérprete, este problema sería el culpable de que los productores de cine hubieran dejado de contar con ella durante varios años, especialmente tras saltar al estrellato en la década de los 80.
«Nunca iba a programas de televisión ni a los estrenos. Ir a los Oscar era muy difícil para mí, cas me desmayo al caminar por la alfombra roja.
Tenía mucha fobia social, me sentía muy incómoda» comentaba sobre este asunto en 2010 Daryl Hannah.
Por ello, la protagonista de ‘Splash’ (1984) aseguró que «los ejecutivos de los estudios me llamaban para trabajar, pero era demasiado tímida para devolverles las llamadas.
Al final, un par de estudios le dijeron a mi manager que me habían puesto en su lista negra«.
Algo que cambió totalmente en 2003, cuando la actriz volvió a ser requerida para Quentin Tarantino para dar vida al personaje de Elle Driver en las dos películas de ‘Kill Bill’.
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