Los almohadones y edredones de plumas tan habituales en cualquier casa en estas fechas otoñales podrían no ser tan inofensivos como parecen.
Así lo desvela un estudio realizado en el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona que fue publicado el pasado mes de octubre en la revista británica ‘The Lancet Respiratory Medicine.’ Según este trabajo, la exposición a los objetos que tienen plumas naturales podría ser una de las causas de la llamada fibrosis pulmonar idiopática, una enfermedad que afecta a 10.000 personas en España y que tiene un pronóstico de supervivencia de entre 3 y 5 años.
La misma provoca que los pulmones se fibrosen y pierdan su elasticidad,causando tos y ahogos en su fase inicial.
Las causas de esta enfermedad se desconocen, pero los hongos presentes en estas plumas de aves podrían tener algo que ver. Y es que los pacientes estudiados presentan los IgG (inmunoglobulina G), unos anticuerpos que actúan como defensa contra determinados antígenos presentes en el ambiente.
Así, han detectado que las plumas son un factor de riesgo para la fibrosis pulmonar idiopática, si bien se trata de una enfermedad que combina los factores ambientales con la predisposición genética a padecerla.
De hecho se cree que la genética es la clave. Y es que hay que tener en cuenta que, por ejemplo, en Cataluña 2,25 millones de catalanes duermen con edredón, de los cuales solo 2.000 han sido diagnosticados con esta enfermedad.
Lo que no evita pensar que las pequeñas exposiciones reiteradas a productos con plumas o incluso a las propias aves puedan favorecer la aparición de esta enfermedad.
