Hay ciertas personas que tienen evidentes problemas para ‘despegarse’ de las sábanas por las mañanas, mientras que otras en cambio prefieren levantarse temprano para poder aprovechar mejor el día.
Se trata de una elección personal que, según expertos de la Universidad de California (EE.UU) podría venir marcada por nuestra genética. Así, el neurogenetista Louis Ptacek asegura que «nos guste o no, nuestros padres nos dicen cuándo tenemos que irnos a la cama según los genes que nos dieron». Todo podría deberse al ‘reloj’ interno que tiene cada persona y que está compuesto por miles de células nerviosas localizadas en el hipotálamo.
Así, la clave de todo podría estar en las diversas mutaciones de un mismo gen, el ABCC9, situado cerca del cromosoma 2. A partir de él se podría dividir a las personas en dos grupos en función de sus horarios: los ‘gallos’ diurnos o los ‘búhos’ nocturnos.
Esto podría explicar por qué en algunas familias hay más facilidades para levantarse por las mañanas, mientras que en otras la tendencia es la inversa, acostarse tarde para levantarse también con el día algo avanzado.
«Si tienes un reloj rápido te gusta hacer las cosas temprano; si lo tienes lento, tu actividad será más nocturna» comenta el profesor Derk-Jan Dijk de la Universidad de Surrey (Inglaterra). ¿Y tú de que tipo eres?
