¿Qué es el estilo pombalino?

A las 9.40 del día de Todos los Santos, el 1 de noviembre de 1755, todo cambió en Lisboa.

Tres grandes terremotos sacudieron la ciudad mientras sus habitantes estaban en misa, y el temblor trajo consigo un devastador incendio y un tsunami. Una gran parte de la ciudad se vino abajo

como un castillo de naipes y nunca volvió a recuperar su esplendor: palacios, bibliotecas, galerías de arte, iglesias y hospitales quedaron reducidos a escombros y se estima que murieron 90 000 de los 270 000 habitantes de Lisboa. 

Sebastião de Melo, más conocido como Marquês de Pombal, fue un personaje formidable, imperturbable y de una mentalidad casi geométrica. Como primer ministro de Dom João I se apresuró a reconstruir la ciudad, fiel a su máxima de “enterrar a los muertos y curar a los vivos”

Tras la catástrofe, el autocrático estadista no solo logró mantener el país a flote en pleno caos económico, sino que consiguió catapultar a Lisboa a la era moderna. 

Junto con los ingenieros y arquitectos militares Eugenio dos Santos y Manuel da Maia, desempeñó un papel esencial en la reconstrucción de la ciudad, basada en un sistema sencillo, económico y a prueba de terremotos que dio forma al actual plano urbano, creando así el estilo pombalino

Antítesis del rococó, la arquitectura pombalina era funcional y sobria. Los azulejos pintados a mano y otros elementos decorativos se usaban con moderación, los materiales de construcción eran prefabricados y se optaba por las calles anchas y las plazas amplias. 

El mejor ejemplo del estilo pombalino es Baixa Pombalina, delimitada por Rossio al norte y por Praça do Comércio al sur. Desde el 2004 el barrio forma parte de la lista de lugares candidatos a ser declarados Patrimonio Mundial por la Unesco.

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