Por muy sorprendente que pueda parecer, según un estuido realizado por Investigadores de la Universidad de Sheffield (Reino Unido) y de la Universidad de Murcia (UM) las cerdas tienen la capacidad de distinguir el sexo de los espermatozoides con el que han sido inseminadas para influir inconscientemente en el sexo de sus hijos.
Por ahora su trabajo no es más que una hipótesis que todavía necesita ser confirmada, pero los científicos han encontrado envidencias de que «los espermatozoides, que transportan un cromosoma X o Y, podrían modular una respuesta del oviducto (de las trompas de Falopio) mediante una expresión génica diferenciada».
Según esta idea, las hembras podrían reconocer el sexo de los espermatozoides para cambiar su respuesta en consecuencia, creando así un ambiente favorable para una progenie de machos o de hembras.
Por ello los investigadores consideran que este planteamiento «por sí solo es increíble y de gran importancia científica y evolutiva», de forma que apuestan por seguir analizándolo para entender cómo lo consiguen las cerdas.
Y es que, de conseguir verificar y desentrañar este mecanismo, sus aplicaciones podrían ser muy importantes, ya que permitiría mejorar el rendimiento de las producciones ganaderas y quizás cambie la forma de ver el ámbito reproductivo humano y animal.
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