Sí, aunque estas flores tienen un pequeño matiz: son de hielo.
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Se trata de un curioso fenómeno que se puede producir sobre el mar, principalmente en zonas del Ártico y la Antártida. Al crearse pequeñas fisuras en las capas de hielo presentes en el mar se escapa vapor por ellas, el cual inmediatamente se congela por las altas temperaturas. Así, a medida que van creciendo estas formaciones similares a las flores incorporan otros elementos como sal y bacterias marinas.
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«El hielo del mar contiene mucho menos sal que el agua del mar. Durante la formación del hielo en el mar, la sal es expulsada hacia la superficie y las flores de hielo incorporan esa salmuera resultante al crecer, de forma que son amargas cuando uno las prueba» asegura la oceanógrafa y bióloga Jody Deming, de la Universidad de Washington (EE.UU).
Sin embargo, estas creaciones naturales no solamente se quedan en su belleza, sino que también son aliadas de los científicos en la búsqueda de los orígenes de la vida en la Tierra.
Y es que Deming y su equipo han descubierto que estas flores de hielo cotienen multitud de bacterias viviendo en ellas a bajas temperaturas, por lo que son un buen ejemplo de cómo los organismos logran adaptarse a estas condiciones extremas.
De hecho, se cree que incluso podrían haber contribuido a la creación de la ‘sopa primordial’ que dio inicio a la vida en nuestro planeta.
