Así es. Esta es la intención del epidemiólogo Ernesto Ruíz-Tiben, quien lleva 27 de sus 74 intentando exterminar al llamado ‘gusano de Guinea’. Se trata de un animal que tiene más de un metro de longitud y que constituye un grave peligro para el ser humano, pues es un parásito capaz de infectar a una persona para crecer en su interior y luego salir al exterior tras practicar un orificio en su piel. Así, basta con beber agua infectada por sus microscópicas larvas para que éstas lleguen al intestino humano, crezcan y copulen en el abdomen o cerca de los pulmones de las personas.
Tras el acto sexual el gusano macho muere, pero la hembra sobrevive y acaba saliendo del cuerpo a través de un orificio que practican en la piel de su huesped, generalmente debajo de la cintura. Este hombre incluso cuenta que hasta 40 gusanos de un metro han llegado a salir del interior de una persona.
«Es la clásica enfermedad olvidada de la gente olvidada» asegura Ruiz-Tiben, director del Programa de Erradicación del Gusano de Guinea del Centro Carter. Por ahora su trabajo está dando frutos y de 3,5 millones de casos en 1986 se ha pasado a solo 542 en 2012. Así, las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud indican que en 2015 este animal habrá desaparecido para siempre, por lo que Ruiz-Tiben será el primer hombre que logra exterminar intencionadamente a un animal.
