El 5 de julio de 1996 está escrito con letras mayúsculas en los libros de Ciencia, pues ese día nació la famosa oveja Dolly.
El motivo de su fama estuvo en que fue el primer animal mamífero en ser clonado a partir de una célula adulta.
En el procedimiento se extrajo de la madre de Dolly una célula mamaria con todo su ADN, la cual se fusionó con un óvulo de otra oveja al que previamente se le había extraído el núcleo y con él su material genético.
Tras unir ambos mediante impulsos eléctricos el óvulo fertilizado fue activado y comenzó su división para dar lugar al embrión.
Este fue implantando en el útero de una tercera oveja que actuó a modo de madre sustituta, por lo que tras 148 días nació Dolly.
De todas formas, este hito de la Ciencia no se anunció hasta siete meses después, el 23 de febrero de 1997.
Sus ‘padres’ fueron los científicos del Instituto Roslin de Edimburgo (Escocia) Ian Wilmut y Keith Campbell, quienes con su experimento abonaron el terreno para la aparición de un amplio debate con implicaciones filosóficas, éticas, sociales y religiosas.
De ahí que hasta el momento no se haya probado la clonación con seres humanos.
En 1998 Dolly tuvo una cría tras ser cruzada naturalmente con un carnero a finales de 1997.
A pesar de que las expectativas de vida de su raza eran de una docena de años, el animal fue sacrificado en 2003 a los seis años y medio por padecer un tipo de cáncer de pulmón propio de la especie ovina.
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