Pregunta formulada por: Elena Ibáñez Dávila (Cuenca) La cárcel es un castigo especialmente pensado para las personas, aunque a lo largo de la historia algún que otro animal ha tenido que ponerse detrás de los barrotes.
Es el curioso caso del perro ‘Pep’, un animal que en 1924 fue condenado a cadena perpetua por haber cometido el ‘delito’ de matar a un gato.
En concreto el felino era la mascota de la mujer del gobernador de Filadelfia (EE.UU), Gifford Pinchot.
Así, este hombre decidió condenar al animal a acabar sus días en la cárcel e incluso el perro tuvo su propia ficha con fotos y número de presidiario.
Aunque, al menos, su estancia allí sirvió para que el resto de presos pudieran disfrutar de su fiel compañía.