Procede del sector de la construcción; de hecho, ‘maçon’, palabra de la que deriva ‘masón’, significa ‘albañil’ en idioma francés.
Sus orígenes están en los gremios de arquitectos y albañiles medievales que, como muchas otras profesiones, creaban sus propios códigos de conducta internos y se reunían en ‘logias’ (galerías, cobertizos).
Con el tiempo las logias masónicas empezaron a aceptar a personas sin relación con el gremio (frecuentemente clientes, nobles o mecenas) y a convertirse en espacios de librepensamiento (huida de formas dogmáticas, como las religiosas) y de discusión filosófica ajena a los cauces tradicionales.