En el lenguaje de la germanía (gremio medieval de ladrones y delincuentes) un «marrón» sería un gran escape, una gran huída.
Esta expresión se usa mucho en el lenguaje moderno con el sentido de hacerse cargo de una culpa o responsabilidad que le debería corresponder a otro, pero su origen es más antiguo de lo que la gente joven pudiera creer y no tiene ninguna connotación escatológica.
Una de las teorías más plausibles relaciona «marrón» con el verbo «marrar» (fallar, equivocarse), y éste con «marro», un juego basado en que los jugadores de un equipo han de evitar que los rivales les atrapen, esquivándoles con el cuerpo, haciéndoles «marrar» cuando van a atraparles.
De ahí, en el lenguaje de la germanía (gremio medieval de ladrones y delincuentes) un «marrón» sería un gran escape, una gran huída.
«Dar marrón» era conseguir escabullirse de la justicia cuando les iban a capturar, y por tanto, «comerse el marrón» se aplicaba al ratero que no conseguía escapar y cargaba.
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