¿Puede un joven con Síndrome de Down ser una estrella de la NBA?

Kevin Grow es un estadounidense de 18 años que en los últimos días ha protagonizado un auténtico cuento de hadas. Todo comenzó a principios de febrero, cuando este joven con Síndrome de Down debutó con el equipo de baloncesto del Instituto Bensalem de Pensilvania (EE.UU) y lo hizo anotando 14 puntos, incluidos cuatro triples en dos minutos, con uno de ellos sobre la bocina. Su historia causó un gran revuelo, por lo que la franquicia de la NBA Philadelphia 76ers quiso hacerle un pequeño homenaje haciéndole firmar un contrato simbólico de dos días para que trabajara y entrenara junto a las estrellas del baloncesto.

Así, tras firmar el contrato y ofrecer la rueda de prensa de presentación junto al técnico Brett Brown, Grow pudo entrenar con el equipo e incluso formó junto al resto de la plantilla en uno de los partidos que disputaron los 76ers en el Wells Fargo Center. De esta forma, el joven se convirtió en el primer NBA con Síndrome de Down; aunque él ya ha dejado claro que su máxima aspiración en la vida no es triunfar sobre la cancha, pues sueña con ser uno de los mejores periodistas deportivos del país. Desde luego, si se le da tan bien como el baloncesto, tendrá el éxito asegurado.


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