Alergias hay muchas y muy variadas, aunque la que padece el pequeño británico Junior Rucroft supera la mayoría de las vistas hasta ahora.
Y es que este niño de 7 años se da alergia a sí mismo.
En concreto, su problema está en sus propios folículos pilosos, los que le causan ataques de asma que llegan a poner en peligro su vida.
Los síntomas comenzaron cuando era solo un bebé, ya que un simple beso de su madre casi le mata.
Por ello, sus padres le llevaron al médico y las pruebas revelaron que tenía alergia a casi todo lo imaginable: perros, gatos, nueces, caballos, ácaros del polvo, polen y la fibra capilar, incluyendo la suya.
«No podía creerme que mi hijo fuera alérgico al pelo, es una locura» afirma la madre del niño, Paula Hopps.
Sin embargo, su experiencia del día a día junto a Junior ha demostrado que se trata de un problema muy serio que les obliga a estar cada poco tiempo en el hospital.
De hecho, la casa donde vive tiene que estar escrupulosamente limpia y el niño lleva el pelo rapado casi al cero, ya que tiene instrucciones de no tocárselo.
Algo muy complicado, ya que lo hace casi sin darse cuenta, por lo que luego puede llevarse las manos al cuerpo y propiciar que se desencadene la reacción alérgica.
