Pregunta formulada por: Begoña Rodríguez Raposo (Segovia) Los cepillos de dientes son uno de los objetos más importantes relativos a la higiene.
Cada persona acostumbra a tener el suyo, por lo que acaba siendo una herramienta personal e intransferible.
De hecho, los expertos recomiendan no compartirlo con nadie y someterlo a unos cuidados mínimos, pues los cepillos de dientes pueden convertirse en una peligrosa vía de expansión de ciertas enfermedades.
Así lo asegura la profesora María L.Geisinger de la Escuela de Odontología de La Universidad de Alabama (EE.UU), pues señala que los microorganismos presentes habitualmente en el baño, como las bacterias entéricas propias dle intestino, pueden pasar a estos objetos a través de minúsculas gotas de agua salpicadas tras hacer gestos tan comunes como tirar de la cadena o lavarse mal las manos.
En total, cada uno de estos utensilios puede albergar más de 10 millones de bacterias.
Por ello, se aconseja mantener el cepillo de dientes aislado o guardado, especialmente si se padece una enfermedad contagiosa por fluidos corporales, como puede ser la gripe o el herpes oral.
También es recomendable cambiarlo cada tres meses, tenerlo en un sitio bien ventilado y en vertical para que pueda secarse, no utilizarlo si está húmedo, enjuagarlo en agua tibia a la hora de limpiarlo y lavarse las manos con agua y jabón en los momentos previos a su uso.
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