Mariah Carey es una de esas artistas capaces de llenar casi las mismas páginas de la prensa con su vida privada que con la música. Y es que la diva del pop es también famosa por el buen número de excentricidades que condicionan su vida y la de los que la rodean. Una de las más llamativas tiene que ver con su gran obsesión por la limpieza, ya que la neoyorquina solicita en cada hotel que visita que le cambien la tapa del váter de su habitación. Además, acostumbra a llevar sus propias sábanas para la cama de las habitaciones que visita y cuenta con una empleada cuya única función es llevarle el agua de una parte a otra del mundo. De hecho, su profesor de canto hace unos años llegó a comentar de ella que acudía a sus clases acompañada por ¡una comitiva de 30 personas!
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