En los últimos años el cine se ha encargado de crear grandes gladiadores como Espartaco o Máximo.
En la realidad también hubo algunos hombres que se convirtieron en leyendas sobre la arena del Coliseo Romano.
El caso más claro fue el de Publius Ostorius de Pompeya, un hombre libre del que se afirma que alcanzó la riqueza después de haber vencido en 51 combates.
Pero no fue el único, porque el Emperador Cómodo (161-192) también participó en más de 700 espectáculos de gladiadores, saliendo victorioso en todos ellos.
Sin embargo, sus triunfos han quedado empañados por la creencia de que en todos ellos partía con ventaja sobre sus rivales al disponer de mejores armas o incluso medirse a personas que habían sido drogadas con anterioridad o que se encontraban lisiadas y maniatadas.
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